Thomas BrinkmannDE
MUTEK tiene el agrado de recibir nuevamente al compositor prodigio Thomas Brinkmann. Este indiscutido maestro de un techno salpicado de funk y dub minimalista regresa a Montreal luego de una larga ausencia. El Sr. Brinkmann es un performer escénico fuera de lo común, cuyas tórridas prestaciones unen inteligencia con eficacia. Su conocimiento y amor por la música y las artes visuales que ha estudiado y practicado, su espíritu de síntesis que favorece la utilización de obras de sus contemporáneos (las famosas Variations a partir de piezas minimalistas de Ritchie Hawtin y Mike Inc), la integración de referencias a la historia de la música (Talking Heads, Django Reinhard en su último CD ‘Lucky Hands’) y la filosofía (Cioran, Weisse Nächte, CD Supposé) contribuyen a fundar sus composiciones en un espacio artístico más allá de las conveniencias.Artista consumado y generoso intérprete, a Thomas Brinkmann le gusta decir que, en referencia al título de su último álbum, todo es cuestión de botones tocados con precisión y sutileza por manos afortunadas. Y si las probabilidades juegan a su favor, no caben dudas de que todo espectador confrontado a esta generosidad quedará mágicamente atrapado por la fuerza de un optimismo devastador.
MUTEK tiene el agrado de recibir nuevamente al compositor prodigio Thomas Brinkmann. Este indiscutido maestro de un techno salpicado de funk y dub minimalista regresa a Montreal luego de una larga ausencia. El Sr. Brinkmann es un performer escénico fuera de lo común, cuyas tórridas prestaciones unen inteligencia con eficacia. Su conocimiento y amor por la música y las artes visuales que ha estudiado y practicado, su espíritu de síntesis que favorece la utilización de obras de sus contemporáneos (las famosas Variations a partir de piezas minimalistas de Ritchie Hawtin y Mike Inc), la integración de referencias a la historia de la música (Talking Heads, Django Reinhard en su último CD ‘Lucky Hands’) y la filosofía (Cioran, Weisse Nächte, CD Supposé) contribuyen a fundar sus composiciones en un espacio artístico más allá de las conveniencias.Artista consumado y generoso intérprete, a Thomas Brinkmann le gusta decir que, en referencia al título de su último álbum, todo es cuestión de botones tocados con precisión y sutileza por manos afortunadas. Y si las probabilidades juegan a su favor, no caben dudas de que todo espectador confrontado a esta generosidad quedará mágicamente atrapado por la fuerza de un optimismo devastador.
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